AGOSTO 2007
1. DEFENSORES DE DERECHOS HUMANOS
La protección y promoción de los derechos humanos no es sólo un imperativo moral, es la base de la libertad, la justicia y la paz. En los sistemas políticos más represivos los defensores de derechos humanos constituyen, a menudo, la única fuerza que media entre el grueso de la población y el poder desenfrenado del Estado. Son piezas clave en aquellos países embarcados en reformas profundas o que atraviesan períodos de transición. Incluso son imprescindibles en sociedades democráticas, donde suelen ser el principal apoyo de las minorías.
Los defensores de los derechos humanos son todos aquellos hombres y mujeres comprometidos con la realización del ideal que proclama la Declaración Universal de Derechos Humanos. Dondequiera que haya persecución y opresión, se nieguen los Derechos Humanos o la dignidad humana se vea amenazada; dondequiera que las minorías hostigadas o los pueblos oprimidos corran peligro, los defensores de derechos humanos luchan para proteger al débil y hacer que quienes abusan de su poder respondan de sus actos.
Con su labor en primera línea de fuego para defender los derechos sociales, económicos, civiles, políticos y culturales, los defensores nos recuerdan todo lo que queda por hacer para materializar el contenido de la Declaración Universal de Derechos Humanos.
El primer derecho y el primer deber es el de defender los derechos humanos. Pero hacerlo es también la principal amenaza para los que sustentan en las violaciones de derechos humanos la protección de sus propios intereses. Por eso, los defensores de los derechos humanos son objeto de un acoso constante y que adopta diversas formas: desde la ejecución extrajudicial, la prisión sin juicio o las condenas por motivos de conciencia, a la incriminación falsa en delitos que no han cometido, el ataque a miembros de su familia, las amenazas de muerte, o las represalias laborales o económicas a fin de hacerles desistir de su tarea.
Entre ellos hay periodistas, líderes religiosos, abogadas, indígenas y otros activistas que trabajan por los derechos fundamentales en países tan dispares como Australia, Brasil, Colombia, Guatemala, Liberia, Myanmar, Nigeria, Rusia, Sudán, Turquía o Zimbabwe.
Por todo ello, la protección de los defensores de derechos humanos se ha convertido, hoy más que nunca, en una prioridades en el trabajo de Amnistía Internacional.
Ante la realidad de este colectivo estratégico en el desarrollo de la paz y la libertad, Amnistía Internacional ha considerado esencial la creación de un Programa de apoyo a los Defensores de Derechos Humanos en peligro al nivel internacional en el que se apoya a que temporalmente determinados defensores de derechos humanos amenazados salir del país. Para ello se les acoge de modo que puedan seguir desempeñando su fundamental misión e incluso desarrollarla en cooperación con otras organizaciones en las áreas geográficas en las que fuera acogido.
2. LOS DEFENSORES DE DERECHOS HUMANOS EN AMÉRICA LATINA
La historia de la defensa de los derechos humanos en América Latina ha tenido en las últimas décadas ejemplos vigorosos, como los movimientos de familiares de “desaparecidos” (como en Argentina y Chile) y de oposición a la pena de muerte, o los colectivos que han seguido trabajando por la defensa de los derechos humanos en medio de conflictos armados (Guatemala o Colombia).
Amnistía Internacional ha documentado más homicidios de defensores y defensoras de los derechos humanos en América que en cualquier otra región del mundo. Las continuas denuncias de homicidios, actos de tortura, «desapariciones», detenciones arbitrarias, cargos falsos, amenazas y vigilancia secreta muestran que hoy en día los defensores de Latinoamérica y el Caribe no disfrutan de un mayor grado de protección que el que disfrutaban en el pasado y que, en algunos casos, esta protección ha disminuido. Con ello ha aumentado su inseguridad personal y familiar.
Utilizamos la expresión «defensores de los derechos humanos», para definir a las personas que trabajan activamente en la promoción y defensa todos los derechos incluidos en la Declaración Universal de Derechos Humanos.
3. LOS DEFENSORES EN COLOMBIA
La situación de los numerosos activistas que siguen trabajando valerosamente por los derechos humanos en Colombia es un fiel reflejo de la impunidad con la que se violan los derechos humanos en un país donde se han producido alrededor de 30.000 homicidios de índole política en la última década.
En Colombia, los defensores han sido con frecuencia la única fuente de información fidedigna sobre violaciones de los derechos humanos cometidas en el país. A medida que se intensificaba el conflicto en el país y las víctimas de las violaciones de los derechos humanos y se guardaba cada vez más silencio por temor a las represalias, los defensores desempeñaron una función clave en la denuncia de las atrocidades cometidas tanto por los paramilitares, las fuerzas de seguridad como por la oposición armada.
En los últimos 5 años el panorama no podría ser más desolador: más de 18.500 asesinados por motivos políticos, más de 10.000 secuestrados, más de 1.200.000 desplazados internos, más de 300.000 huidos del país, más de 450 muertos al pisar una mina antipersona, 207 alcaldes y concejales asesinados, más de 600 sindicalistas asesinados, más de 2.000 desaparecidos, 38 periodistas asesinados, 231 maestros asesinados, 717 indígenas asesinados.
Los defensores de los derechos humanos han seguido siendo víctimas de ataques, principalmente a manos de grupos paramilitares, en una atmósfera de creciente temor e inseguridad.
EL PROGRAMA DE PROTECCIÓN TEMPORAL DE DEFENSORES DE AMNISTIA INTERNACIONAL
Ante la necesidad de apoyo de las personas que defienden los Derechos Humanos y que se encuentran en peligro por ello, se inició en Amnistía Internacional en 1998 este Programa de Protección Temporal de Defensores de Derechos Humanos en peligro. Consiste en apoyar la salida de su país y su estancia en España durante un año de una persona y su familia que, por su labor en la defensa de los derechos humanos se encuentran amenazados y en grave e inminente peligro de muerte, precisamente por este compromiso no violento en la defensa de los derechos humanos.
Con la realización de este Programa se persiguen varios objetivos:
1. En primer lugar, salvar la vida y solidarizarse con un defensor amenazado y su familia.
2. En segundo lugar, que el defensor de derechos humanos continúe con su trabajo a favor de los derechos fundamentales de sus conciudadanos y en relación a las actividades y trabajo a favor de los derechos humanos de Amnistía Internacional.
3.. Con esta iniciativa se pretende también sensibilizar, promover y difundir los derechos humanos y la lucha de los defensores entre la población española.
Durante estos nueve años se han beneficiado del Programa 35 defensores/as con sus familias (parejas, hijos e hijas menores de edad). Estos defensores/as fueron acompañados/as por 26 personas adultas (parejas) y 47 menores de edad.
En total, 108 personas han pasado por este programa de acogida temporal.
La inmensa mayoría de estas familias (33) proceden de Colombia; y sólo hubo dos casos de otro país, uno de Brasil y otro de Liberia.
Este es un Programa Internacional, por lo que también se lleva a cabo en otros países como Uruguay, México y Costa Rica.
PROGRAMA DE PROTECCIÓN TEMPORAL DE DEFENSORES DE DERECHOS HUMANOS EN PELIGRO
Para llevar adelante este valioso Programa de protección de defensores y defensoras se necesitan unos montos constantes para cada familia acogida. A continuación se expone una media de los gastos que implica la acogida de una familia en España. Dichos montos varían en función del número de miembros familiares, del lugar de residencia en España (alquileres principalmente) y de los familiares dependientes económicamente en el país de origen, entre otros.
Para un defensor de los derechos humanos la salida de su país por amenazas y hostigamiento a causa de sus ideas es especialmente traumática. Además de implicar abandonar su entorno, parte de su familia y seres queridos, tienen que instalarse y adaptarse a un país y una cultura que desconocen.
Otra dificultad añadida es la falta de poder adquisitivo de la mayoría ya que proceden de países en vías de desarrollo, con ingresos muy por debajo de la renta per capita española y que no les permite adquirir los enseres y víveres mínimos para poder vivir en nuestro país.
Además, muchos de ellos dejan familiares en su país de origen que depende económicamente de ellos
Amnistía Internacional costea sus gatos de estancia y trata de ayudarles en el mantenimiento de sus familias:
MONTO FAMILIAR ESTIMADO ANUAL
CONCEPTO
2 ADULTOS Y 2 NIÑOS
Viaje (a España e internos)
6.000 €
Asignación a la familia en España
8.600 €
Ayuda familiares (padres o hijos menores de 18 años) en el país de origen
4.000 €
Alquiler piso amueblado y compra de enseres básicos (máximo)
9.700 €
Gastos básicos piso (luz, agua, gas, instalación teléfono)
1.200 €
Hotel a la llegada (máximo 3 semanas)
1.300 €
Dinero de bolsillo a la llegada
300 €
Teléfono móvil de seguridad con tarjeta inicial prepago
130 €
Medicamentos y otros tratamientos no incluidos en la Seguridad Social
900 €
Gastos realización actividades de difusión de Derechos Humanos
900 €
Programa Apoyo Psico-social especializada
1.100 €
Gastos relacionados con reuniones internas de Amnistía
1.000 €
Imprevistos
1.400 €
Total anual estimado
36.530 €
Hasta ahora el programa de protección temporal de personas que defienden los derechos humanos ha sido financiado gracias a las aportaciones de algunos Ayuntamientos y Diputaciones, a los que estamos muy agradecidos.
Pero uno de los grandes logros de la organización es mantener su absoluta independencia económica como signo de su independencia en todos los terrenos.
Amnistía Internacional se financia a través de las aportaciones de sus socios y simpatizantes en forma de cuotas o donativos. También a través de la venta de las obras que numerosos artistas donan. Y así queremos seguir.
Esta es la razón por la que le proponemos que forme parte del equipo de personas que, con su aportación económica y su apoyo, sostendrán el Programa “VIVIR Y CONTARLO”
Para más información
Yolanda Godino
Responsable del Departamento de Recursos y Gestión de Socios
ygodino@es.amnesty.org
Tlfno 91 310 12 77 ext. 28
Marcos Macarro
Responsable de Recursos del Programa “Vivir y Contarlo”
mmacarro@es.amnesty.org
Tlfno. 91 310 12 77 ext. 36
Para realizar aportaciones a Vivir y Contarlo
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